Buenos días!
Para los pocos que no me conozcan
soy Antonio Jesús o Antonio o renacuajo o Guzmán, incluso Raúl González Blanco,
como ustedes prefieran llamarme.
Hoy, además de ser un día especial
para todos los que estamos en 2º, también lo es para todo el instituto ya que
el año que viene no se impartirá clase en este lugar y por ello quiero contaros
lo que ha sido para mí el instituto durante estos 4 años, donde hemos vivido
anécdotas que si las contáramos todas estaríamos aquí hasta que España gane la
euro-copa de fútbol, y sin Raúl creo que es tarea imposible, pero dejemos el
futbol para otro momento porque podría cansaros a más de uno.
Quiero comenzar felicitando para mí,
a las personas más importantes del centro, ¡a quienes no se les escapa una!
Cumplen a la perfección con su trabajo, las conserjes, bueno, pensándolo
bien…algunos alumnos de la ESO salen y no se dan cuenta… pero con los nuevos
carnés está solucionado el problema, lo demás perfecto, bueno… Rosario y las
fotocopias no se entienden muy bien lo que nos ha hecho perder tiempo en más de
un examen. Bueno que sí, que aunque no lo hagáis perfecto sin vosotros no esto
no sería igual.
Como he dicho anteriormente, este
magnífico instituto cierra sus puertas y es una lástima, porque está impregnado
de sabiduría por todas partes oled, ¡Oled! ¿A qué huele a sabiduría?, ¿lo
notáis? Pues bien, si hacéis lo mismo en el chalet os daréis cuenta de que allí
la sabiduría no huele igual y estuve tiempo investigando sobre este hecho y
deduje que al estar en este edificio la sala de profesores, personas que
desprenden conocimientos por los cuatro costados, es normal que el aroma sea
más fuerte aquí que en el chalet, pero esta hipótesis la descarté al poco
tiempo ya que el problema no era que el chalet oliera poco, sino que no huele
ni bien por lo que llegué a una segunda causa con la que descubrí el problema y
es que lo que olía no era a sabiduría sino a los “meaos” de los servicios.
Otra de las cosas que me llamaron
mucho la atención de este instituto, es
que la mayoría de los profesores son conocidos con un sobrenombre, curioso ¿no?
Dicho apodo es escogido con sumo cuidado por los alumnos atendiendo a sus
principales virtudes e intentando no ofender, ¡eso sí! Permítanme ponerles unos
ejemplos y espero que nadie se ofenda.
El ejemplo más claro es el de
Eduardo, los que no entienden el significado de los apodos creen que se le
conoce como “el hombre 11811” por su pelo y se equivocan, ya que lo llamamos
así porque todo lo sabe, soluciona cualquier problema. Se dice por esta zona
que si quieres saber cómprate un viejo, pues yo creo que sería mejor comprarse
un Eduardo.
También Paco Hermoso que es conocido
como Doraemon y no porque juegue al futbol y al baloncesto con las manos metías
en los bolsillos, que ya es difícil, sino porque cuando estás haciendo un
examen con él, se mete la mano en su bolsillo y te saca lo que necesitas en ese
momento, ¡caramelos! ¡Otro año le dio por regalar cactus a los alumnos por sus
cumpleaños! Y es que no para de sorprendernos este jefe de estudios con sus
inventos, como Doraemon.
No son los únicos con sobrenombre,
recordar a la guiri o a la maicromachine…
Mari Guzmán sin embargo, es de los
pocos sin apodo y es que como he dicho antes los apodos hacen referencia a las
virtudes… no te preocupes Mari que el araña te llama de muchas maneras
diferentes, él si que ve en ti muchas virtudes y es que de alguna manera tendrá
que aprobar…
Yo si tuviera que definirte diría
más bien que eres… como decirlo… la más cabrona… sí, la más cabrona de todas.
Ahora en serio, que sepáis todos los
profesores que, aunque no lo digamos, agradecemos lo que habéis hecho.
Pero si por algo se recordará este
instituto en el futuro además de porque se caía a pedazos, será por la calle
principal de este pueblo, la calle peatonal, esa calle donde todos nosotros
hemos vivido momentos inolvidables, sin ella el instituto nuevo no será igual,
de eso podéis estar seguros.
Pero en los 4 años que he pasado aquí no solo
recuerdo estas cosillas. Cada año es
diferente y cada día distinto al anterior por lo que nunca he dejado de
sorprenderme cuando creía haberlo visto todo.
Todo comienza en septiembre del
2004, año que empezamos 3º de la ESO exactamente ese día en el que Juanjo y
Felipe nos los pusieron de corbata en este mismo lugar. Recuerdo de esa mañana
una frase muy graciosa del jefe de estudios por aque entonces, que dijo lo
siguiente: “Yo en mi vida he puesto un parte”, que cachondo era el Felipe.
Bueno de 3º también recuerdo que en los cambios de clase para tomarme un
respiro me iba a la peatonal esa calle donde se viven momentos inolvidables lo
que me costó además de su retraso correspondiente explicarle a Ana Jordán más
de una vez en inglés donde venía. –I was in the pedestrian street- le decía yo,
por lo menos algo aprendí aquel año.
En 2005, pasamos a 4º de la ESO y
comienzan las decisiones sobre lo que vas a estudiar, ciclos, ciencias o
letras. Por entonces teníamos tan sólo 15 añitos y a esas edades muchos aún no sabíamos
que estudiar por lo que tomas la decisión basándote en otros motivos como 2 de
mis colegas “el chaparrillo” y “el David”, ellos querían ver a las chicas más
guapas del instituto por que se decidieron por ciencias para estar en el lugar
adecuado, el chalet ¡no son nadie! Pero esto no tiene nada de malo porque hoy
las chicas de 4º hacen igual, eligen ciencias para ver “al Chaparro”, “al
David” y “al Araña” en el chalet. Yo sin embargo, me decidí también por
ciencias pero no por ver a las chicas del chalet, ¡ni mucho menos!, bueno,
vale, quizás eso influyo también un poco pero la razón principal fue para que
no me pusieran tantos retrasos como el año anterior al estar cerca de la
peatonal.
Recuerdo una anécdota de 4º de ESO
que me gustaría contaros. La Guiri nos mando leer un libro de historia y nos
contó que podíamos tomarlo prestado de la biblioteca del centro por lo que en
el recreo fui a cogerlo, pero allí no había nadie, únicamente una lista de los
profesores que les tocaba cada día estar pendientes de la biblioteca, entonces
baje a preguntarle a Paqui que donde estaban esos profesores y ella me
contestó: -Han salido a hacer unas cosilla, ya mismo vienen, espérate un
momento. Otro día vendré le dije y me fui a la calle como en cada recreo a esa magnífica
calle de Huelma donde me encontré a los profesores que tenían que estar
pendientes de la biblioteca fumándose unos cigarrillos, y es que así es la
calle peatonal, una calle donde se viven momentos inolvidables, a algunos
profesores les da por estar ahí a todas horas y a otros por no salir del
trébol, como Benjamín, que si fuera por él daba allí las clases.
Un año después las cosas comenzaban
a ponerse serias, empezamos bachiller, cualquier nota era importante porque
valía para selectividad, había más asignaturas elegidas según nuestros gustos,
podíamos salir del centro en los recreos sin dar explicaciones y era el año del
gran viaje. Nos quedan muchos recuerdos de aquel viaje, pero no merece la pena
recordar ninguno si os vais a poner nostálgicos, fue genial, me atrevería a
decir que mejor que la calle peatonal.
Si en 3º aprendí una frase en inglés
en 1º aprendí otra cosa mucho más interesante y es que cuando entre Mari por la
puerta es mejor cerrar la boca si no quieres acabar por los suelos.
… Y por fin llega 2º de bachiller,
el año tan esperado. Por cierto una pregunta, ¿os habéis enterado de que este
año hacemos selectividad?, desde el 1º día a 1ª hora hasta este instante no han
parado los profesores; este año vais a selectividad, esto no cae en
selectividad, vamos a hacer exámenes tipo selectividad, en selectividad esto,
en selectividad lo otro… ¡que pesaos por Dios!
Volviendo a lo que estaba contando,
decía que era un año esperado por todos nosotros hasta que al 5º día te hartas
de curso y comienza otro mundo totalmente distinto al de los 3 años anteriores.
Un mundo en el que a los días le faltan horas para estudiar y donde nos hemos
llevado palos por todas partes. Para mí 2º ha sido como una mala noche de la
que por fin he despertado, una pesadilla que apenas ha durado unas horas y es
que tal como nos comentó Eduardo el primer día, el curso estaba acabado desde
septiembre, pero ¡menudas horas hemos pasado estudiando!... ¡aunque siempre nos
quedarán los buenos momentos vividos en la calle peatonal!
Y dentro de unos días por fin
selectividad para muchos de nosotros y para el resto tranquilos que es
septiembre os toca a los demás sin excepción alguna, ¿verdad, “profes”? espero
que nos salga lo mejor posible, así que os deseo mucha suerte a todos y quiero
recordaros que debéis de ser trabajadores, constantes y sobre todo humildes que
la vida está hecha de pequeñas cosas: un pequeño yate, una pequeña mansión…
etc. Pero lo mejor llegará después de que pasemos el último verano sin dar palo
al agua y es que nos marchamos de nuestros pueblos, aunque por otro lado da
pena separarse de ese amigo con el que recorriendo las calles del pueblo hemos
pasado de ser unos mocosos a ser hombres y mujeres o eso ponen nuestros carnés
porque eso de hombres… me veo el año que viene pidiéndole a mi madre que me
planche la ropa, que me mande comida y por supuesto dinero que las discotecas
no son gratis!!!
Nos tendremos que separar de ellos
pero tranquilos no lloréis, que aquí todos somos vecinos y ¡que cojones! nos
seguiremos viendo sin tener que ir a clase, que eso si que es para llorar, pero
de emoción. Y los amigos que se tengan que separar decidles que quizá llegue
más hondo el suspiro de un corazón que recuerda que una mano que saluda con un
puñal en la otra.
En fin 4 años, señores. 4 años de
una vida bastan para crear lazos inquebrantables entre amigos. Ilusiones,
esperanzas, sueños, temores, enfados, riñas, alegrías, borracheras… viajes con
mejores y peores aventuras…animales, borracheras, monumentos, senderismo, borracheras…en
fin, sea como sea, juntos hemos compartido el rumbo hasta el último cruce.
Algunos seguirán juntos en los estudios, trabajos o en la vida…pero esta etapa
dejará en nosotros huella, como las viejas cicatrices de guerra.
Para terminar, y para resumir un
poco este discurso cutre que seguro olvidaréis en cuanto salgáis por la puerta,
cinco cosas: la primera, teniendo en cuenta el índole de este discurso quiero
pediros que nunca perdáis el sentido del humor, ese sexto sentido que, bien
usado, vale más que los otros cinco juntos, segundo; disfrutad y luchad por
vuestros sueños; tercero: no os metáis con los profes; cuarta; gracias Bayona,
gracias Mari Jose, gracias Gloria y gracias Noe, ¡os quiero! Y quinta y última
chicos: he pasado una mañana maravillosa…pero no ha sido esta… muchas gracias y
que os vaya bonito!.
ANTONIO JESÚS GUZMÁN
JUSTICIA
2º BACHILLERATO <<A>>
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